16.8.12

'éramos todos de papel liso y blanco, sin doblar'


Hace unos días una de las medallistas puso en su tuirer (dicen los mamones) algo así como que ella no pasó 8 horas formada para que quedara peña, y después lo quitó. Pienso que su reacción es característica de lo que sienten las personas (‘somos sumisos y obedientes, con ganas de gritar’) y por lo que la participación no se ve como debiera o como otros indicios nos hacen suponerla.

Eso de que la gente tiene el poder no lo creo. Aunque amarga, prefiero la verdad: la gente no está unida (cómo necesitamos esto!), no tiene educación ni capacidad crítica y tenemos miedo (cómo no, sólo hay que ver lo que les ha pasado a los periodistas). Más bien hay que recobrarlo.

En ciertos aspectos, puedo decir que odio la mentalidad del mexicano: conformarse con sucedáneos (como la selección), creer que es más inteligente el que tranza, querer ganar mucho dinero trabajando poco, despreciar a la gente del campo o pobre y mamarle el pito a los extranjeros, valorarse en muy poco, su falta de seriedad, el egoísmo y creer que las cosas ‘así son y ya no se puede hacer nada’.

El chino decía que sus deportistas lloraban porque sentían que le fallaban a su país, por lo tanto hay una relación entre el desarrollo de cada persona y el del país. Aparte, una manera de protegernos es estando unidos, y las creencias compartidas, las convicciones, unen.

Con todos los métodos de control que se cuentan actualmente: mejores armas de fuego, el internet y la informática, efectividad de los medios de comunicación masiva, la pobreza, el consumismo, el individualismo, la ideología, etc.; si queremos hacer algo, debemos repensar qué medios son los más adecuados para contrarrestar aquéllos y no creer que los que tienen el poder lo van a ceder.

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