18.1.14

chiste

(créditos al de mina que me lo contó)

-¿qué cuestan los leggins?
-200 pesos.
-¿qué marca?
-la panocha.

10.1.14

Regreso a Perros - Diario de viaje en Costa Rica


Con treinta años conoceré por primera vez otro país latinoamericano. Luego de vivir más de cinco años en Estados Unidos y de viajar por seis semanas por algunos puntos de España, Costa Rica se convertirá en unas horas en el tercer país extranjero en que ponga pie.

Aprovechando la ocasión, y luego de coincidir con Piper en que era hora de atender el changarro, me propongo escribir algunas líneas de lo que vaya aconteciendo en los siguientes 10 días.


9 de enero

Flanqueado por un par de ancianas estadounidenses que seguramente se alejan del gélido fenómeno que azota sus tierras en estos días, me encuentro hilando estas palabras con la finalidad de distraer el hambre por las dos horas que restan de viaje.

El itinerario: salida de Veracruz, puerto, a las 6:50 am, haciendo escala en Houston. Antes de despegar, tuve oportunidad de despedirme de mi papá, quien vive en las inmediaciones del aeropuerto, y de mis tíos Pepe y Yola, quienes fueron a despedir a Ramcés (sic) en su regreso a Monterrey. 

El viaje, hasta ahora, sin contratiempos. Una rebanada de rosca de reyes, un flan y un yogur albergan desde hace unas horas en mi estómago, pero comienzan a sentirse solos y me envían señales. Pero no puedo decidir si el hambre me está molestando más que el sueño, pues sólo he maldormido intermitentemente durante los traslados vía terrestre o aérea.

Leo, eso sí. Vengo leyendo desde hace varios días Mantra de Rodrigo Fresán. Comencé a leerla atinadamente antes de los días que pasara en el DF. No pude terminarla entonces porque 1) he estado más ocupado o distraído con otras cosas, y 2) porque es una versión en pdf que tengo en la iPad en la que cuesta trabajo clavarse. Sin embargo, la he ido disfrutando. Encuentro una fuerte intertextualidad que ignoro si fuera intencional. Me parece que hay atisbos de, entre otros, Altazor, Rayuela, y Los detectives salvajes. Aunque es extraño que el autor afirma en una entrevista que nunca ha leído las andanzas de La Maga y Oliveira. No niego, sin embargo, que ha habido momentos en que sí me atrapa esta que parecería una historia-collage basada en la imaginativa lectura de una guía turística de México, y de otros datos arrojados por enciclopedias y libros básicos sobre mi país. Pero qué más podría producir si fue una novela hecha por encargo sobre dicha ciudad.  Voy a continuar leyéndola, para hacer más breve esta divagación. 

8.1.14

7 eleven


Hoy por la mañana mientras pagaba mi café en el seven-eleven fui asaltado con pistola en mano. Recurrentemente pensaba qué haría si me llegara a encontrar envuelto en un suceso similar al venir a vivir a esta ciudad. Infinidad de bosquejos asaltan el pensamiento al imaginarse en tal o cual situación.  Ahora con algo de tiempo para asimilar lo sucedido, confirmo categóricamente que el ritmo de esta ciudad es alucinante, trepidatorio, no existe tiempo para el respiro (si te apendejas te chingan) pues llegando a la oficina – aún aturdido- me encontré  rodeado por las demandas cotidianas. El día se fue entre papeles y pendientes.

Por la tarde en el camión, recordé la sentencia del guardia de seguridad en la oficina cuando le narré lo sucedido “bienvenido, has sido bautizado” lo cual, me molestó un poco pues estaba calientito el asunto. Ahora, considero que en efecto he recibido un derechazo de la gran Tenochtitlan y me siento no algo sino bastante confundido. Más allá de estar irritado por la pérdida económica –que me mueve el tapete por completo- , no logro sacar de mi memoria los gestos, la actitud y forma tan profesional -por decir algo- de ese par de tipos que en un lapso no mayor a dos minutos –eternos por cierto- vaciaron la caja registradora, mi billetera y la de otros reunidos.

¿En qué nos hemos convertido? Bien pueden estar trabajando para ganarse el sustento de forma honesta como lo hacen millones de personas en otras latitudes. El facilismo a la menor provocación es moneda corriente en esta aldea de caos. Más sin embargo, no deja de asomarse la idea de que son y se convierten – sin justificar- en el producto de la situación actual de nuestro país que es para debatirse y  discutir ampliamente a sabiendas de que estamos gobernados por ladrones con licencia polaca. ¿Cuál es el verdadero canalla? Aquellos de las alturas arrebatando a manos llenas de forma impune o estos de abajo-nosotros-nuestra gente siendo una consecuencia. Sólo espero que este par si algún día llegasen a  reflexionar sobre su actuar, se den cuenta que también son parte de una familia, que alguien los espera al final del día y sobre todo que son seres humanos con la capacidad física e intelectual como la tuya o la mía para poder crear y salir adelante en este fango común llamado cotidianidad. De lo contrario acabaran sepultados en vida dentro de  una celda o de plano muertos sin ton ni son. En fin, esta noche me quedo con la imagen grabada del tipo apuntándome acompasado de su “órale pendejo saca la lana, la lana, rapidito cabrón”. Y sí, me siento triste.