19.12.14

asdfg

Pesaba demasiado, y yo asumí que cargarla era obligación sólo mía. Después de llevarla un trecho, mis piernas se doblaron, el peso se ladeó y cayó una parte. Ahora entiendo que, para ser soportable, la carga se reparte. Tú no me ayudaste, lo que sobra en las separaciones es el silencio.

No hay comentarios: