29.5.13

para romperte la madre nadie como tu familia

Lotro día estaba en el baño cuando escuché que la vecina regañaba a su hijo (va en la primaria) a gritos, porque así es como ella sabe, se entiende que le dio un madrazo y a continuación le dijo “cállate!”. O sea, señora, ¿le dio un madrazo y no quiere que se queje ni le duela?


Bien decía Piaget que “al final no son los niños quienes merecen los azotes, sino los padres”. 

Se cree comúnmente que por poder engendrar se posee la sabiduría innata para educar, les parece una especia de ofensa a su ego pedir asesoría a personas que han estudiado o se han dedicado a investigar qué onda con el desarrollo infantil. Sin duda para pedir ayuda se requiere cierta madurez, pero antes de eso, hay que construir esa conciencia en las personas. La conciencia de que se puede pedir asesoría y ayuda en cuanto a la paternidad y no son pendejos por hacerlo, sino todo lo contrario.

(*el título no es mío, es el eslogan de una película que no recomiendo)

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