Siento que tenía mucho tiempo
alejado del alcohol, quizás solo me alejé de su aspecto desagradable o es que
he estado mucho tiempo encerrado. El caso es que porque tenía que chambear no
tomé nada (es chido que cuando una decisión ha madurado internamente, los
pretextos se disfrazan de causas), a diferencia de los invitados de la empresa,
que se pusieron bien pedos.
Me fui a jetear como a la una,
eran dormitorios comunitarios (¿así se dice?), estaba muy cansado, en eso, como
a las 3,4 de la mañana un wey las estaba echando. Entre cansado y jetón me
asomé para ver que el wey no se ahogara y que no bañara mis chanclas, como no
había señal de ninguno de estos problemas, con la misma me volví a jetear.
No es moralina (o sí?, me vale
madre), pero no mames, cuántas cosas desagradables saca el pinche alcohol, y no
es que no me lata, ese mareito del principio y el cotorreo son chipocludos, he
disfrutado una chelita y un cigarro mirando por la ventana aunque ya no lo haga,
pero de ahí, la plática repetitiva, superficial y pendeja, las bromas ya medias
manchaditas, ser imprudente, la gente haciendo pendejadas…..
ya no recordaba lo que era caminar
tambaleándose antes de dormir, acostarse con un mareo que solo refuerza esa
sensación de estar en otro pinche mundo, que no se detiene, y después, las
pinches arcadas, el dolor en el vientre y el pecho por el esfuerzo de las
arcadas, y que quieres que se detengan, así como en la película de boxeo dicen
que ante un madrazo el cuerpo automáticamente sabe qué hacer y se desmaya, se
me hace muy cabrón que diga ya no quiero esta madre conmigo, y vomite, ya que
no has sabido cuidarlo, el cuerpo se agita violentamente tratando de evitar que
lo sigas envenenando, y quieres un descansito para poder dormirte y que se pase,
pero solo sientes un dolor que resurge y un sabor agrio y ácido que sube y te
ahoga, quizás para otros no fue así, pero a mí las borracheras sí me pegaron
duro; y al otro día, sentirse raro, el estómago que no aguanta nada, envarado
del pecho y el vientre, crudo del alcohol y del cigarro, o sea, sentirse
doblemente seco, con malestar, ese pinche dolor que duele en alguna parte pero
que no se sabe dónde chingaos es.
Al otro día me levanté tranquilo,
sin pedos, y se me hizo chido que no me sentía mal.
una semana después fui al cumple
de paco, y todos “échate una”, y sí se me antojaba, pero mejor pedí unas
enchiladas, y cuando llegó la pinche cuentona de más de cinco mil y yo solo
puse lo de mi cena y un agua, tampoco me sentí mal.
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