29.8.13

el gentío

(éstas son dos preguntas y respuestas de una entrevista que hace richard evans a konrad lorenz.
al fin entiendo por qué me engento).

evans: Así, en una sociedad superpoblada habrá enemistad, hostilidad y agresión.
Lorenz: El lugar más lleno de gente que conozco es la parada de autobús de la calle 42 de nueva york. La gente allí es irascible y brusca, y si preguntamos a una persona por una dirección, nos contestará mal, porque le pone de mal humor la falta de espacio. Las mismas consecuencias de la superpoblación pueden encontrarse entre los gatos, los cuales manifiestan una presión arterial elevada y los demás síntomas de la tensión.
(…)
Evans: ¿piensa usted que tenemos que emplear métodos drásticos para reducir el número de habitantes del planeta?

Lorenz: habla usted de medidas drásticas, pero no podemos tomar medidas drásticas, aunque todos los problemas que acosan a la humanidad se derivan del exceso de población. Si intentamos resolver el problema por alguna vía que no sea la de la educación, volveremos a caer en el más violento de los autoritarismos. Si no somos capaces de reducir voluntariamente la población, no podremos reducirla de ninguna manera. El principal peligro de la limitación voluntaria es, por supuesto, que las personas inteligentes y responsables sean las que planifiquen sus familias, y que los ignorantes irresponsables no lo hagan. En este caso, la selección no será buena.

1 comentario:

La señorita verde dijo...

Me han contado hisorias de terrorífica frustración cuando los médicos intentan convencer por la buena a la gente que ya tiene más de 4 hijos para que se opere. Las mujeres tienen miedo, incluso a pesar de que en varios casos un embarazo más pondría en riesgo su vida; a los hombres les da vergüenza sólo oir hablar de vasectomía. Y un médico que lo haga sin consentimiento, claro, sería refundido en la cárcel.