8.7.09

De planes a largo plazo, gobernadores, y otras cosas con las que hay que hay que tener cuidado al caminar









Pues sí, estas elecciones estuvieron jodidas, ganaron los hijosputas del PRI, y si algo sentí fue que, puta madre, no subía para dónde hacerme, anulé mi voto, pero fueron patadas de ahogada, pienso que anularlo el voto sirve cuando se respalda con la acción ciudadana, cuando existen movimientos ciudadanos que presionen, de nada vale querer anular el voto si el pinche IFE dice “hagan lo que quieran, pero no vamos a suspender la elección ni aunque gane el número de votos nulos”, el pueblo se quiere salir del canalito, pero ahí va el IFE cuidando de que las cosas no se desborden; además, claro está, no se valen medidas de último momento, tratar de sacar al país de su inercia de corrupción, pereza, desinterés y falta de educación con hacer una rayita en un papel pues está cabrón. La foto que puse se llama “la educación del pueblo” y según yo representa bien esto: un pinche mastodonte y un niño tratando de enseñarle, es tanto lo que hay que hacer -para darse un quemón, basta con tratar de organizar un grupo- y tan poco lo poco que sabemos, pero que quede claro NO SE DEBE CAER EN DERROTISMOS ESTÉRILES.

(sobre esto de la lucha encontré esto para el que quiera leerlo; quien no, puede brincárselo:
“Pero le sucedió lo que siempre sucede en tales casos: que fue más dichosa mientras fue neófita y conservó la vanidad pueril de creerse buena, nada más que porque tenía buenos pensamientos, excelentes propósitos, y porque prefería aquellas lecturas y meditaciones honradas; y fue menos dichosa cuando empezó a vislumbrar en qué consistía la perfección sin engaños, sin vanidades, sin confianza loca en el propio mérito”.)

No coincido con nuestra corresponsal de Polonia sobre que el PRI se renovó, de que escondió a los dinosaurios, yo no sé los demás, salió en el periódico que existen gastos durante la presidencia municipal de Ahued que aún no están debidamente comprobados, Reynaldo sigue haciendo de las suyas, pero para ejemplificar lo que digo déjenme contarles algo que pasó en un estado de los Estados Unidos:

Historia del gobernador Miguel

Pus ahí tenías que en Estados Unidos había, no hace mucho, un gobernador llamado Miguel, el cual usó para su campaña política la palabra Miel, como era muy perspicaz pensó “ah cabrón, si le quito unas letritas a mi nombre queda Miel, y nada es más dulce que la miel, además la miel es pegajosa y se queda contigo”; ah, y tenía una característica, no le podías decir que no, porque de chiquito una vez le dijeron que no y sufrió mucho.
Pues de resultas que este gobernador tenía una varita mágica y “ganó” las elecciones para gobernador.
Después pensó “no hay necesidad de ser avorazado, para qué joder un estado si puedo chingarme un país? Pacencia”, y le puso a su proyecto Mielidad, y junto el estado del que era, no me acuerdo cuál era. En una ocasión posterior uno de sus lamebotas, que no le faltaban -ah, porque este gobernador era repriblicano, así se llama uno de los partidos del otro lado del río Bravo- dijo: “la Mielidad es una manera de diferente de hacer repriblicanismo”, es que el repriblicanismo tenía muy mala fama, pero, caray, si le hubieran encargado que promocionara la gonorrea, me cae que todos íbamos a tener (así, de veras, cosas tan insalvables como el repriblicanismo dizque las salvaba…).
Este cuate empezó a uniformar a todos los burócratas y a pintar todo de verde (porque le gustaba mucho la vegetación, de preferencia fumada), le cambió el nombre a programas federales, por ejemplo “Piso firme”, en ese estado se llamaba “Piso miel”; en un ataque de audacia les puso “Galleta miel” a las galletas que regala el DAF (Desarrollo Automático de la Familia) y como detalle de buen gusto traía atrás escrito “prohibido el uso con fines políticos, electorales, o distintos a los establecidos, quien haga uso indebido de los recursos deberá ser denunciado y sancionado de acuerdo con la ley aplicable y ante la autoridad competente”, pero pus ni modo que se diera él solito un macanazo en la cabeza; otra que aplicaba era que todos los que estaban ligados a él, empresarios o lo que fuera, debían obtener los números de las credenciales electorales de todos sus empleados, oh sí.
Un buen día un reportero, de esos ingeniosos que hay, que le pregunta “por qué la campaña de los repriblicanos se llama Mielidad por Estados Unidos? No le puso usted así en este estado? usted que es gobernador de este estado hace propaganda a favor de su partido, no está eso prohibido?”, “se equivoca usted –contestó-, la palabra Mielidad proviene de miel y eso es algo muy común, o no?, o qué nunca ha visto la miel? y con esto acabo de demostrarle que no hay ninguna relación, y ya, c’est fini, shut up, shhhh“.

Y su esfuerzo sigue, acaban de ganar los repriblicanos las elecciones: está colocando sus peones para seguir con su proyecto.

6 comentarios:

El Clavado dijo...

pues te doy la bienvenida al blog a nombre de los esteparios (perdón carnalitos por no preguntarles).

me agradó mucho el texto, creo que es uno de los más extensos que se ha publicado aquí, puede parecer un poco disperso, pero según yo, conserva la unidad (me agradó mucho la cita que va en medio).


saludos y a ver cuando nos volvemos achar un cafetín.

Paco Payán dijo...

Pues yo no fui a votar,tuve cosas más importantes que hacer como cotorrear en casa de un valedor y salir al cine que estar en la fila de borregos al precipicio.Interesante el texto pero creo que eso pasa en el país de nunca jamás!! con el capitán garfio y su flota.

Conste que no quiero ahondar en un derrotismo estéril,pero soy sincero, no me interesa como se van de lado con los bolsillos la flota gubernamental...

por cierto rechy ¿Quién es el autor(a)?

Paco Payán dijo...

Ah si Elba Ester Gordillo lo olvidaba

Armandís de Mina dijo...

o_O

Pac Morshoil dijo...

La aparente dispersión del texto se soluciona enseguida, por sí misma; se autosoluciona, que le dicen (self-solutioned es el término original, que se utiliza en el mundillo --con eme-- de los negocios); el resultado: un conglomerado sólido, compuesto por sus múltiples fragmentos; algo así, digamos, como una palanqueta.

Elba Ester dijo...

una palanqueta! jajajajaja, gracias por el comentario, fue muy gracioso.

sí, lo del café está en pie, tenenbaum, pero mejor una chela no?