9.3.09

Por el fovo

Todo sucedio una tarde en una fiesta a la que habían invitado a mis jefes en casa de un cuate allá por el CEM,recién habíamos llegado a Xalapa por motivos del trabajo de mi jefe, ya me estoy saliendo del pedo. El julio (cuate) nos dijo a mi carnaval y a su servilleta que si habiamos jugado la mentada arcadia y la neta pus nel. Nos dirijimos esa tarde hasta el fondo del fovo casi llegando a la cancha de tierra. Entre el humo de cigarros, el tumulto de gente recuerdo que alcanzé a escuhar el majestuoso abuget del ken y madres me quedé pendejeando,maravillado por los madrazos que se propinaban. No logramos jugar por el gentio y la falta de pericia o más bien miedo de cagarla frente a la flota que se encontraba. Terminé jugando el de las navecitas y creo que el estrid faiter I que nadie pelaba y la neta estaba bien perro.
Días,semanas después se estrenó el juego en la esquina de la calle donde viviamos en la tienda el muñequito o la maravilla,no recuerdo bien, pero justamente ahí se inicio nuestra afición venidera en vicio por parte de mi carnaval y yo (nos trajo pedos con mi jefe posteriormente). Recuerdo que esperabamos a que mi jefa se jeteara por las tardes después de la comida para aprovechar su amodorramiento y desubicación para pedirle lana y largarnos a esa madre (jhgjhgj si,si no se tarden) decía entre la almohada. Me pasaba cuando no había nadie, la emoción era tal que los nervios no permitian jugar bien y otro poco porque sabías que de un momento a otro llegaría un vagal y te sacaría de madrazo.
El Lendechy le decían al más perro para jugar esa madre, nunca supe si era apellido o su mote. El tal vagal me enseñó una tarde con algo de desdén como sacar los abugets, el oiuken, y el truco de la patada rápida y el agarre (que me sirvieron de mucho mientras aprendía a jugar con otros).Mi carnal me desmadró una vez con un puto gancho salido del ryu, cómo me emputé ese día,me la pelaste decía al regreso a casa. En fin, esa arcadia marco toda una generación y el que no la haya jugado es porque era de otro planeta o de plano era puñalín...
Nota.- En Tuxpan le decían Willy el guile, japonesita a chunli. La licuadora del zangief no tenía madre bajaba un chingo de sangre...

2 comentarios:

Armandís de Mina dijo...

ya sé que no es, pero por el fovo suena a grosería:

¡Ve a que te den por el fovo!
No mams, le dieron por el fovo, ¡pobre wey!

Don Polo dijo...

Sí, el pinche Sanguie bajaba un chingo con la licuadora.
¿Y qué me dicen de los trucos que se podían hacer con Willy? ¿Alguno de ustedes alguna vez hizo la estatua y dejó trabada la máquina? Eso hacía encabronar un chingo al wey que cuidaba las chispas, porque tenía que apagarla y volverla a prender. jajaja putas vatos castres, nomás la dejaban trabada y se iba a recoger a su morrita a la secun más cercana.