Me cuesta recomendar cosas. Para mí
el conocimiento es valioso porque requiere esfuerzo e interés. En cualquier campo.
Así que no estoy dispuesto a dar así nada más.
Un cuate bibliotecario me había
dicho que se les pasaban a los profesores unas hojas para ampliar el acervo, pero
no las entregaban. Y el bibliotecario se quedaba sin sugerencias de primera
mano.
En una ocasión a otro le pregunté
si se podían hacer recomendaciones. Yo había ido a psicología y el texto que
necesitaba no salía y por el número de páginas ni para chutármelo ahí. Nadie pudo
prestármelo ni conseguírmelo. Así que recomendé las obras completas de ese
autor. Aunque en realidad cuando lo hice, ya había solucionado ese pedo leyendo
el texto con erratas en internet… Puse en mi hojita que era un autor
fundamental, del cual se necesitaban dos ediciones, pues al ser una traducción siempre
es recomendable comparar. Además siendo su contribución útil no sólo para la
psicología, sino para la antropología, filosofía, artes y humanidades en
general, no era posible que únicamente esa edición estuviera en la facultad de psicología
sin posibilidad de salir.
También me permití recomendar la
nueva edición del Manuscrito hallado en Zaragoza
a partir del descubrimiento de, válgase la rebuznacia, otro manuscrito. Y la
nueva traducción de otro filósofo, del cual la traducción viejita ha sido muy criticada y al parecer ha hecho la vida imposible a los estudiantes. La nueva edición es además bilingüe.
Fui a sacar material hace unos
días y, jajaja, !ya estaban! No mames, tuve que ver esas obras completas,
nuevecitas y efectivamente completas. Me pregunté si servía de algo haber hecho
esa recomendación. Saqué el libro del filósofo y ya tenía el sello de haber
sido prestado a domicilio.
1 comentario:
Esto es lo que yo llamo un post feliz :D
Bienporusté. Saludos.
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