Por los que no se rajan
El evento duró lo previsto, comenzando la noche del viernes después de un frustrado intento de asistir al partido donde las Chivas vencieran a los descendientes escualos colorados 2 a 1. Después de congregarse el primer bloque de banda canina en una palapa conocida del puerto jarocho, nos dirigiríamos rumbo al campamento donde se llevó a cabo el festejo. La playa primero, luego la casa, donde algunos aguados se vieron mal al agandallarse un cuarto e irse a dormir cuando la fiesta aún no acababa. Cuando la luz del día se colaba por las ventanas, decidimos poner una pausa y recargar pilas un par de horazzz...
Por los de carrera larga
Al siguiente día el grupo se mermó momentáneamente. Algunos aprovecharon el buen clima para echar un coyotito,
y poco a poco los sonidos que emitía el Comandante fueron el grito que convocó a parte del GE que estaba ausente. De pronto los ladridos comenzaron a escucharse cerca, cual cuento rulfiano, y la jauría fue creciendo en número. Vimos cómo el sol recorrió el cenit hasta que fue necesario invocar al dios del fuego, como ya el Buen Piper ilustró en el post anterior. Iluminamos la noche.
Por los que nunca faltan...
Ya el domingo, el orden brilló por su ausencia. Algunos desaparecieron sin decir adiós, otros fuimos de comesolos, unos más seguían sin poder despegar las pestañas, y el resto se acercó a la playa. Ya no había más qué decir sino un "eso es todo por esta vez" y regresar cada quien a su casa. Cabe hacer la mención de que, como siempre, las reglas están para romperse y en el FW no fue la excepción, con respecto al punto donde se prevenía de no invitar a algún malacopa. Bueh... si usted lo ve en su fiesta, sígale la corriente, no deje de pedirle copera porque es especialista en hacerse güey, no le crea todo lo que dice, y si se siente con una buena justificación para ponerle un ojo morado, no lo dude. Conocido en el bajo mundo como Butthead... Hermano, caes bien, pero luego de un minuto mareas.