27.6.16

When you fight the law

and the law doesn't win.


2.2.16

Ahí les va mi despedida

Tiene tiempo que iba es escribir esto, pero apenas. Me mudo de espacio virtual. Gracias a los tres o cuatro lectores; al Polo, que fue quien abrió este espacio, y a los escritores ocasionales, hubo algunos textos que disfruté mucho.

Seguiré leyendo los blogs que leía y si alguien deseara continuar leyéndome, dejo esta puerta para cruzar.

En agradecimiento, una cita (digo en agradecimiento porque a mí me late un buen y la comparto con quien pase por aquí y la lea):

"Nunca he estado contento. Y, sin embargo, siempre me ha parecido que la alegría me escoltaba, que sus genios ligeros danzaban en mi contorno y que nadie los podía ver, excepto yo, cuyos ojos radiantes saltaban de gozo. Por eso, cuando feliz y dichoso como un dios paso delante de los hombres y ellos envidian mi suerte, yo me río…, pues desprecio a los hombres y me vengo. Jamás he deseado ningún mal a nadie, pero siempre he dado la impresión de que mi presencia ofendía a agraviaba a cualquier hombre que se pusiera a mi alcance. Por eso, cuando oigo los elogios que otros reciben por su fidelidad y por su rectitud, yo me río…, pues desprecio a los hombres y me vengo. Jamás mi corazón ha sido duro para nadie, pero siempre, precisamente cuando más conmovido estaba, he aparentado como que mi corazón se mantenía cerrado y extraño a todo sentimiento. Por eso, cuando oigo que otros son ensalzados por su buen corazón y veo lo amados que son por sus ricos sentimientos profundos, yo me río…, pues desprecio a los hombres y me vengo. Cuando me veo maldecido, detestado y odiado por mi frialdad y falta de corazón, yo me río y mi cólera se sacia. Porque, en definitiva, yo habría perdido si los hombres buenos pudieran ponerme en situación de que realmente no tuviese razón y cometiese alguna injusticia".   S.K.